2 reviews for Morris Morris

1. 

   shmatok52 – 2022-06-13:

   4 out of 5

   Mi historia con Morris se circunscribe a hace apenas dos días: Jerry Drake me envía una muestra, la pruebo, me gusta mucho; entro en Fragrantica y leo la reseña de Josesan, en la cual, además, me lo recomienda directamente; busco por internet y la encuentro tirada de precio en un formato que parece vintage; la compro y esta misma mañana me llega.
   La reseña que me antecede la describe a la perfección. Es una colonia para hombre muy típica de la primera mitad de los setenta: una salida cargada de cítricos, muy fresca, que en el secado deriva hacia tonos más sucios, maderosos y verdes. Es decir, un tono espeso de barbería y de colonia old school, sin llegar aún a los helechos aromáticos que se popularizarían tras la aparición de Paco Rabanne pour Homme.
   En España tuvimos algunas colonias míticas de este tipo: Napoleon, Otelo (que trataba de imitar a Cacharel pour Homme), Hidalgo o Prime Minister. Colonias con cuerpo pero en realidad, suaves, para el hombre que acaba de afeitarse y que se refresca con un olor que no contraste demasiado con el humo de sus cigarrillos, que sea recio y sobre todo, discreto (recordemos que hasta finales de los 70, oler mucho a perfume era cosa de mujeres). Morris se inscribe perfectamente en esta línea.
   Su evolución de cítricos amargos a maderas espesas y pantanosas lo hacen estar a 1.000 kilómetros de ser un perfume aburrido. Muy clásico, muy masculino y con mucha clase.
   Al igual que sus coetáneos, Morris no aspira a proyectar demasiado pero da guerra durante sus buenas cinco horas. Sería el perfume ideal para ponerse un batín de seda, sentarse en un sofá de lectura y beberse un brandy mientras se ojea el periódico. Que esto sea algo atractivo o no, ya depende de cada uno.
   Considero que es una escala muy interesante en el recorrido de los proto-helechos masculinos, previos al estallido del género en los años ochenta.
2. 

   conzern – 2022-06-13:

   5 out of 5

   El arte de la perfumería nunca deja de sorprenderme. Cuando crees que ya lo has olido todo –o casi todo- aparece un acorde aromático nuevo. Esto me ha sucedido con MORRIS COLOGNE FOR MEN.
   ¡Qué aroma tan extraño y original! Ni tan siquiera estoy seguro de que me guste ni de que lo utilizara como perfume de diario, pero lo que sí que es cierto es que merece la pena probarlo.
   La familia olfativa es –sin lugar a dudas- fougère, pero un fougère amargo y umbrío. A este respecto tengo ciertas dudas de la identidad de mi perfume. Mi frasco no se parece en nada al de la foto, pero sí que es como uno de los figuran en las fotos de publicidad para compra dentro de un lote vintage. Es más alto que ancho, y con unas acanaladuras talladas en el frasco como líneas verticales.
   Desde su comienzo, las notas de salida son tan difíciles de asimilar que hay que estar un tanto bregado con los fougère de antaño para no salir a corriendo a lavarse.
   Son notas muy densas y húmedas; hojas del bosque cercanas a la putrefacción; musgos espesos y enmohecidos; frutas cítricas caídas al suelo, tras la maduración, y en un proceso de degradación orgánica. Unos aldehídos suaves potencian las notas de salida.
   Los paisajes románticos de Caspar David Friedrich, de carácter sombrío y ruinas góticas; los paisajes melancólicos y nublados de John Constable.
   La presencia de lavanda, tabaco rubio suave y alguna nota de pachuli, le aportan un poquito de ligereza y de aire jabonoso, pero sin perder ese tono abrupto y escarpado, de barrancos y espesuras, de arroyos umbríos y mantillo ácido, de líquenes y helechos, de tenues rayos de luz entreverados por la niebla.
   El conjunto aromático es completamente nuevo y original para mí. Me ha producido el mismo asombro que en su momento me produjeron Kouros, Grey Flannel o Worth pour Homme.
   Todos ellos tan alejados de los gustos actuales que en ocasiones parece que nunca existieron.
   ¿A quién le podría yo recomendar un perfume así? Pues únicamente a los amantes de los perfumes mencionados (al querido Bofifa, por supuesto, y a algún aficionado más) y a los ansiosos por descubrir nuevas tesituras aromáticas.