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potap.an.al – :
Para variar, empezaré a describir esta fragancia por el final.
La pedí a ciegas y on line por las notas balsámicas y orientales que se anunciaban y porque su frasco me llamó la atención.
Un tarro bien pesado, con una combinación lacada en negro-dorado muy apetecible y sumamente elegante y exótica.
Pareciera uno de esos tarros que se encontraban junto a las tumbas de los faraones y que le acompañarían en su viaje a la otra existencia, para comenzar una nueva vida…
Frascos dentro de los cuales se encerraban ungüentos, resinas, aceites y esencias aromáticas.
Y ése es el aroma que esperaba encontrar en su interior.
Una fragancia oriental, misteriosa y oscuramente sensual.
Aunque lleva jazmín, apenas es detectable. Las notas que se perciben principalmente son las de fondo.
La entrada es muy balsámica gracias al ládano que da paso a una potente combinación: una cremosa y apetecible vainilla, que junto al ámbar, consiguen un aroma cálido, dorado y lujoso.
Sin embargo no se queda ahí, esta combinación ámbar-vainilla no llega a ser demasiado empalagosa, pues va acompañada de sutíles notas acarameladas de violetas, anís y almendras, cortesía del heliotropo que la acompaña y que le aporta ese carácter empolvado que pone la guinda a esta exquisita fragancia.
Un frasco oscuro y misterioso para un aroma cálido y luminoso.
No hay nada oscuro aquí, es un trocito de cielo azul y ardiente arena del desierto, encerrados en un frasco, a la espera que una avispada arqueóloga lo descubra y lo saque a la luz…
Una fragancia dulce y empolvada.
Oriental, balsámica y que derrocha sensualidad.
Para disfrutar durante las noches de otoño e invierno.
Su estela es moderada y no es avasalladora.
La duración en mi piel ha sido de unas 5 horas y aún me llegan cálidas ráfagas de este aroma.
Y es que aún pareciendo un exótico oriental, la primera impresión que te da es la de acceder a una pequeña pastelería de barrio, en cuyo interior y alrededor de una mesa, nos encontramos con un grupo de amigos disfrutando entre risas y anécdotas de un buen chocolate caliente junto a un cremoso pastel de vainilla.
Porque a ésto huele esta fragancia, a exquisita pastelería.
A aromas de caramelos anisados, vainas de vainilla, hojaldres, almendras y mazapanes, que van surcando el aire, envolviendo tus cinco sentidos con su acogedor aroma y quedándose contigo para terminar de encandilarte.
Y ya estás perdida….
Dicen que a los hombres se les conquista por el estómago y que el olor a vainilla es afrodisíaco porque potencia el olor natural de la piel.
Siendo así, esta fragancia promete y mucho! No es lo que me esperaba, es mucho mejor!
Y aprovechando estas fiestas, espero disfrutarla y compartirla con las personas a las que amo.
Oro intenso, dicen que se llama, un inmenso tesoro lleno de calidez y dulzura. El mayor lujo de todos.