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VooDooZahn – :
Tuve oportunidad de olerla este fin de semana.
Y es…rara. Muy en la línea de todo lo de Mugler. Al que es fan de estos perfumes, le gustará. Al que no (como es mi caso), no logrará conquistarle.
En primer lugar, hay que decir que huele a cosa cara. Es subjetivo, pero es así. Hay perfumes que huelen a exclusividad, y otros que huelen a brillantina barata. El bouquet de flores blancas (que tampoco es nota que me agrade especialmente) es muy bonito y sugiere brillantez, hay que reconocerlo y el shiso (supongo que era éso) aporta un curioso matiz verde-picante. Entonces aparece la bizarra nota comestible (brioche, en este caso: a mi me huele como a una especie de pan recién salido del horno) y lo estropea. Ay. El pan es para comerlo, no para rociártelo sobre la piel. En mi caso, lo que yo huelo es un corta-y-pega de dos acordes que no combinan demasiado bien.
Me pareció entender que, al igual que otros perfumes Mugler, los frascos son rellenables en ciertas perfumerías: una loable costumbre que otras casas deberían imitar.
En cualquier caso, creo que este perfume es sólo para los iniciados en el universo de Mugler