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kniazone – :
Shalimar Souffle Intense es una buen perfume más de esta casa. Desgraciadamente cada vez son menos, a no ser, que evidentemente uno deje la tarjeta calcinada y compre las ediciones privadas, prohibidas, superiores, exclusivas o como quieran llamarlas.
Con una salida un tanto agria y ácida muestra recuerdos constantes de su hermana shalimar eau de toilette. Pero rápidamente esas resinas le aportan un fondo inesperado, suave, delicada y presente en muchas fragancias de Guerlain. Tiene leves toques de cuero, que le otorgan de una ligereza en este caso moderna, pero a medida que pasa el rato empieza a evocar a la genuina un poquito, porque tiene un tono ahumado precioso, que se muestra en un valls con la parte cítrica y con las flores. Realmente para este tiempo que vivimos es una belleza, un estilo un poco más renovado de la que ya sabemos es perfecta e infranqueable, tiene mucho menos carácter pero aún demuestra malas pulgas y dura en la ropa una barbaridad de barbaridades.
Huele a lujo en palacios y en salas donde se toca el piano mientras un criado te sirve y un pintor te inmortaliza en un cuadro, pero sólo en algunos momentos, porque sólo hace leves guiños a la Perfecta. Esos pocos guiños deben ser por el almizcle que hace potente a las resinas e intensifica, eso sí, una Vainilla Magnífica.
Aunque renovada y ya bastante modificada, es de ese tipo de perfumes que cuando los catas echas la vista atrás y te preguntas porque la perfumería ha cambiado tanto si realmente lo más bonito de ella es el misterio que aloja cuando destapas un frasco y puedes recrear la belleza que entra inexorablemente dentro de ti.
No sé si debería llamarse Shalimar o en su defecto llamarla el Otoño de Shalimar. Aún me queda esperanza de que quieran hacer guiños a un perfume que será dentro de poco centenario, sobre todo tal como está el panorama de aguachirrín y simple.