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romanru – :
@MsUrena:
Usted lo acaba de enunciar muy bien. Han hecho exactamente lo mismo que Dior con Miss Dior (nuevo): lanzar un mediocre jugo floral-frutal a la moda usurpando el nombre y la identidad de un venerable clásico. Y es todo por el metal, por el vil metal. Muy bien, las casas de perfumes no son ONGs, y tienen derecho a ganar dinero con lo que venden. Pero al menos deberían ser honestas, no tomar el pelo al cliente, vender productos acordes a los precios que piden por ellos, y sobre todo, ser leales a su propia herencia y a la filosofía de la marca.
Nunca he tenido la oportunidad de oler My Sin, pero estoy más que convencida de que esta cosa no se parece a él ni de lejos.
feofan88 – :
No comprendo porque las casas de moda en sus líneas perfumísticas en lugar de relanzar sus clásicos descontinuados (con las pertinentes modificaciones que la IFRA manda, claro), en lugar de lanzar una fragancia nueva con el nombre de una clásica descontinuada y muy querida por el público, tal vez sea falta de creatividad y querer vender a costas de un nombre de una fragancia ya legendaria (casos de Opium y Miss Dior), si bien las notas no se leen mal y en comparado a los mareantes gourmands(en mi caso), no es la pálida sombra del clásico original de My Sin, un perfume muy sensual, animalístico, intenso, erótico, pecaminoso, sexual, exótico y oriental, este My Sin es mas ligero, frutal, gentil, dulce y genérico, a tal grado que debieron llamarle My Virtue o My Heaven, no My Sin…