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d128312 – :
De entrada resulta que el nombre es dual y puede confundirte.
Buscando una fragancia que contuviera granada o granadina, pensé que era la idónea. Pues no.
Aunque entre sus notas figura la granadina, si la hay, que lo dudo, son 3 segundos de un olor a naranja dulce, no más.
Esta fragancia en realidad hace alusión a la ciudad de Granada, en España. A un paseo nocturno por la Alhambra.
Pocas notas la componen pero son hermosísimas y nada sintéticas.
Se trata de un encantador ramo de flores blancas donde un cremoso y dulce jazmín tiene el claro papel protagonista junto a un brillante y alegre azahar.
Haba tonka y almizcle le aportan un fondo limpio y algo empolvado. Y una vainilla ambarina remata el conjunto y le otorga persistencia y calidez.
Es una fragancia floral muy femenina, sensual, elegante y sofisticada.
Un aroma muy dulce, envolvente y balsámico.
Intenso, maduro y formal.
Una fragancia que me hace recordar a Carolina Herrera, no siendo tan abrumadora por lo que resulta mucho más versátil y ponible. Un clásico aroma a jazmín que puede disfrutar tanto una joven como una señora más madura.
La duración es perfecta, no hace falta retocar y la estela es persistente e intensa.
Para noches de primavera y verano.
No es una fragancia para oficina ni para espacios cerrados. Ni para fiestas o reuniones informales. Es una fragancia que se disfruta en espacios abiertos y a la luz de la luna. En un ambiente íntimo y romántico.
Aunque he estado en Granada, esta fragancia puede percibirse en cualquier calle de Andalucía.
En Málaga, mi tierra, por las noches, en la Alameda, es fácil encontrarse con el biznaguero, un señor que porta en una cesta de mimbre, ramilletes hechos de jazmin, las biznagas, que se abren en la noche malagueña esparciendo su penetrante y embriagador aroma y que esta persona ofrece a turistas y a las niñas guapas que se cruzan con el. 🙂
A mi, en particular, esta fragancia me traslada a unos encantadores pueblos del interior de Málaga, llamados Guaro y Mijas, que en su festival de la Luna Mora, por Septiembre, se hacen medievales, apagan sus farolas y son iluminados por una inmensa luna y más de 20.000 mil pequeñas velas blancas situadas en el suelo de sus antiguas y escalonadas calles. Fiesta en la plaza del pueblo con cuentacuentos, teatro, zoco artesano, exhibición de cetrería, danzas y una mezcla de música andalusí-arabíga y sefardí. Ambiente medieval con aroma a dulces tradicionales realizados con agua de rosas y a té verde, a Jazmín, Azahar, Nardos y Dama de noche. Un paseo por sus calles se convierte en todo un placer para los sentidos.
Memo Granada me ha recordado que pronto volveré a pasear por sus calles como una turista más, disfrutando de la noche de mi ciudad…un privilegio.