1 review for Feminista Feminista

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   Immambnet – 2022-07-25:

   3 out of 5

   Ideas previas:
   Feminista es una fragancia complicada desde el momento en que se le pegó la etiqueta de la marca en sí, según la página de la firma, ésta fue creada por 1 mujer y 2 hombres que, buscando hacer una declaración política sobre el feminismo, acabaron lanzando un perfume (El perfumista contaba con una pasión por la perfumería, pero queda la incógnita si los otros 2 fundadores son también entusiastas de la perfumería o si sólo utilizan esta oportunidad para su propaganda política).
   En fin, la distribución es limitada para esta fragancia, y si por algún motivo no hacen envíos hacia un país extranjero, dan la posibilidad de hacer un contacto personal para solicitar una muestra o compra (Por un precio bastante caro). Esta fragancia me resulta difícil de reseñar, especialmente por su -Ahem- problemático concepto.
   Reseña al aroma:
   Al contrario de los insípidos estereotipos, Feminista no huele a tintes para el pelo de color radiactivo o a axilas y piernas sin depilar. Es, de hecho, una fragancia con un aroma muy agradable.
   Feminista es una fragancia tibia y áspera, retoma unos ejes acuosos y efervescentes de la violeta que recuerdan un poco a Halloween, la cual eventualmente evoluciona en un tosco matiz de cedro, astringente y con tonos ácidos de fondo.
   Feminista es esencialmente una fragancia fresca y amaderada, evita los mátices más robustos de las hierbas para evadir caer en los esquemas fougére más tradicionales, no es un fragancia particularmente masculina a pesar de esta composición.
   Es un fougére muy interesante y poco convencional. Bordea lo ozónico y es bastante cómodo para el uso en temporadas templadas, en sus mejores momentos adquiere vetas terrosas y húmedos que llegan a ser momentáneamente similares a De Profundis de Serge Lutens.
   Si bien su aroma me gusta bastante, su estela y su longevidad son bastante volátiles, y dado el alto precio y su aparatosa obtención para todo aquel/la que no resida en Europa, no la recomendaría para una compra precipitada.
   Feminista huele bien, no obstante, dudo que su aroma sea suficiente como para justificar su precio y obtención.
   Reseña al concepto:
   Tengo una enorme cantidad de conflictos con la firma en sí y con el producto; con sólo ver su página en internet se vuelve fácil notar que la orientación de la empresa a nivel primario es el activismo político y la perfumería es simplemente una herramienta secundaria para promover su mensaje y obtener ganancias con el mismo, especialmente en épocas de una correción política tan… peculiar, por decirlo de alguna manera.
   No obstante, con ver la ficha de presentación y los ideales de la empresa me hace preguntarme si verdaderamente los creadores saben de lo que están hablando.
   La firma adjunta la siguiente historia en su página:
   “En contraste con la creencia común, Feminista fue fundada con la intención de hacer un serio compromiso para impactar nuestra sociedad y promover la igualdad y la diversidad. Si hubiésemos querido hacer un perfume para volvernos ricos de la noche a la mañana hubieramos patentado Mujer Maravilla. De hecho, no hubiésemos pensado ni en un millón de años que acabaríamos lanzando un perfume, mucho menos uno político cuando decidimos fundar la compañia. Feminista nació de la necesidad de hacer algo significativo y desde que nació, ha aprendido a caminar, no sólo entre nosotros, sino a través de toda la sociedad y todas las personas que hemos conocido”
   (Me pregunto si serán capaces de concebir la idea de que a alguien le guste y utilice la fragancia sin necesidad de estar en sintonía con su mensaje político)
   Feminista -es decir, la fragancia- balbucea a toneladas del feminismo interseccional (En su página tiene adjunto un blog sobre el sexismo en Hollywood, y sobre las inseguridades de la fundadora al hablar de los problemas de los transexuales cuando ella es una mujer cis) y es debido cuestionar si estas personas saben algo del tema que vaya más allá que el discurso de Emma Wattson en la ONU o la melosa charla Ted de Chimamanda Ngozie Adichie. ¿Habrán leído estás personas a Judith Butler? ¿A Monique Wittig? ¿A Catherine MacKinnon? ¿A Sarah Brownmiller? ¿A Shulamith Firestone? ¿Kate Millett? ¿Mary Daly? ¿Andrea Dworkin? ¿Germaine Greer? ¿Si quiera a la popular Jessica Valenti? Lo dudo, considerando que su presentación ideológica no va más allá que unos cuantos resúmenes de Bell Hooks y Roxane Gay. En fin, vale preguntarse que hace una fragancia con una etiqueta que fue incontables veces asociada con posturas anticapitalistas siendo comercializada con precios tan agarrotantes y bajo la explotación de recursos naturales, ¿Perdiendo el tiempo? ¿Ganar dinero con total infamia? Al final del día, debo decir que aún me resulta gracioso que hubieran personas amenazando con comprar la fragancia de Donald Trump tras el lanzamiento de Feminista.