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dadsHoatteCof – :
He tenido la suerte de encontrar por cuatro duros un frasquito de esta edición limitada de Aromatics Elixir. En mi casa somos muy de Aromatics, lo usamos hombres y mujeres por igual, nos vuelve locos. Personalmente es una fragancia que me encanta, hasta que me olvido de ella y me da por usar otras. Luego vuelvo a serle fiel y durante semanas no uso otra cosa, es como si supiera en el fondo de mi mente que no voy a encontrar otro perfume que defina mejor mis gustos como este, Givenchy Gentleman y el añorado La Nuit… los tres amaderados, secos, terrosos, achiprados y con un trasfondo narcótico y humectante decadente y muy erótico.
En este caso sólo por el frasco merece la pena comprarla, como apunta La Dame de Noir la botella que ilustra esta ficha está equivocada; Sheer Velvet Philtre Sensuel es una preciosidad en cristal transparente (tapón incluido) que concuerda de manera muy atinada con la naturaleza de esta versión de Aromatics, el mismo de siempre pero más refinado, algo menos grasiento, más etéreo y traslúcido. No soy amigo de perfumes en splash ni aplicaciones en forma de aceite, me encanta sentir el pulverizador, sin embargo en esta propuesta lo he encontrado encantador… le das la vuelta al perfume con el tapón puesto, lo destapas y te aplicas el perfume con toques de tapón. Por cierto la esencia tiene una consistencia como de babilla de caracol muy interesante.
La duración es excelente, el sillage magnífico como viene siendo habitual en la familia Aromatics tanto en su versión tradicional como en las declinaciones White y Black, que más que flankers son perfumes con entidad que podrían haberse parido sin el nombre de la fragancia madre.
Ojalá no hubiera sido un perfume pasajero, el diseño de la botella y la mística de la aplicación lo hace muy atractivo, podría haberse incorporado perfectamente a la familia en vez de ser una edición limitada. Me encantaría tener las versiones Perfume’s Reserve y Elixir Premier, no sé cual de los dos frascos es más bonito y sofisticado. Y lo dice una persona que no es que tenga un interés especial en coleccionar memorabilia perfumera. Sin embargo son tan bonitos, como pequeñas joyas exóticas de cuando el mundo no estaba globalizado y lo que venía de Asia, América o cualquier otro lugar del mundo era un pequeño tesoro que te hacía soñar. Las tres versiones representan esa bonita frase que dice “a thing of beauty is a joy forever”… La belleza por la belleza.
Me encanta Clinique, Aramis, Lauder… es de las pocas casas que no se ha vendido a la infantilización y bandolerismo de la perfumería actual. Me reconforta comprobar que con cada nuevo lanzamiento la idea del respeto a su tradición y a sus clientes no se ve corrompida por esa inmunda estrategia de ganar dinero a toda costa descuidando el producto a la que han sucumbido casas antaño míticas como Chanel, Guerlain o Saint Laurent. Me da la sensación de que Lauder sabe que sus clientes de hoy son los mismos de los ochenta o los setenta, gente que no quiere que le tomen el pelo, personas adeptas a la marca porque en ella encuentran esa cosa tan americana del lujo relajado, sofisticado y deportivo, dinámico sin descuidar lo delicado y la calidad, cosa de la que otros que antes fueron gigantes hoy no pueden presumir.
oleg19030 – :
La foto que acompaña esta ficha está equivocada. Es un frasco de una edición especial que Clinique sacó con motivo de 38 aniversario de Aromatics, o algo así. El frasco de Velvet Sheer era una estilizadísima ánfora de cristal transparente muy puro, con un tapón alto y estrecho y detalles dorados.
Se dijo a veces que Velvet Sheer no contenía alcohol, y es falso, pues sí lo tenía. Lo que variaba era la concentración de elementos aromáticos y la presentación. Velvet Sheer tenía una textura intermedia entre un aceite y un gel, muy fresca e innovadora. Creo que Clinique hizo muy mal en presentarlo sólo como una fragancia en edición limitada, pues habría sido una bellísima adición a su colección de perfumes.
El olor es innegablemente el mismo del clásico Aromatics, pero quizá con un toque más luminoso. Hay algo en estas fragancias secas, amargas, achipriadas y coriáceas que me fascina y repele a la vez. Creo que es porque son todo lo contrario a los perfumes mayoritarios de hoy en día, o porque representan una aspiración que está lejos de mis posibilidades: es lo que yo quisiera ser y no soy.
Bergamota, manzanilla, notas verdes casi amargas, una rosa vintage muy botánica y poco rosada, ilang-ilang con un toque ligeramente embalsamado, vetiver, musgo, pachuli, sándalo. Un final muy coriáceo y hasta agrio, que es casi puro vetiver. Es como beber un té Lapsang Souchong con una pizca de té Earl Grey. La duración y persistencia son dignas de la familia Aromatics: una sola gota huele durante horas. Desgraciadamente, percibo un ligero toque a plástico que me hace preferir el clásico Aromatics: con todo, era una fragancia merecedora de más consideración.